Biotecnología y medio ambiente son compatibles. El decano de la Facultad de Ciencias Experimentales de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche, Pedro Robles, subrayó que biotecnólogos y ambientólogos pueden trabajar juntos para la preservación del planeta. El profesor del Máster en Biotecnología y Bioingeniería presentó al investigador del CIB-CSIC, José Luis García, quien impartió la conferencia “Biotecnología para un planeta más limpio y sostenible” en el contexto de la VII Jornada San Alberto Magno. El biotecnólogo introdujo los principales problemas medioambientales y centró su charla en las soluciones que la biotecnología puede aportar para la conservación del planeta.

 

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El investigador José Luis García imparte la conferencia «Biotecnología para un planeta más limpio y sostenible»

Principales problemas medioambientales

Según apuntó José Luis García, el principal problema medioambiental es el exceso de población. Al cambio climático, el efecto invernadero, el empleo de combustibles fósiles o el deshielo de los glaciares, hay que añadir otros problemas menos conocidos, como la pérdida de la biodiversidad, el exceso de pesca, la deforestación, la gestión de los residuos, el consumo de plásticos o los ciclos del nitrógeno. “Utilizamos montones de nitratos para fertilizar nuestros campos y alimentar esa población tan extensa”, señaló García. El investigador aportó otros datos relevantes como que de los 299 millones de toneladas de plásticos que se consumen a nivel mundial, un 25% corresponden a Europa. En nuestro continente reciclamos un 26% del total, mientras que un 36% se convierten en CO2 por combustión y el porcentaje sobrante queda como residuo. Para García, uno de los mayores retos de la biotecnología es el desarrollo sostenible. Y en ese escenario, “los microorganismos son los verdaderos biotecnólogos”, según apuntó, porque presentan unas condiciones de adaptabilidad y biodiversidad que se traducen en múltiples aplicaciones.

 

Biotecnología agrícola

Desde los años 90, sabemos hacer plantas transgénicas. “Una buena parte del planeta está cosechada con plantas resistentes a las plagas, gracias a la biotecnología”, afirmó García. El investigador señaló que, de esta forma, puede eliminarse el uso de pesticidas contaminantes. Además, se están fabricando maderas más sostenibles, es posible sintetizar plantas resistentes a la sequía y que no produzcan alergias o fabricar biofertilizantes a partir de bacterias.

Descontaminación

La biorremediación es un proceso que utiliza, sobre todo, algas, hongos o bacterias para restaurar ambientes contaminados. José Luis García explicó que existen tres vías para combatir los tóxicos: la mineralización, es decir, la degradación del compuesto; la transformación en un compuesto menos tóxico; y la inmovilización, de modo que no alcance la cadena trófica. Uno de los principales problemas ambientales deriva del tratamiento de aguas. “Existen numerosos estudios que buscan mejorar las bacterias utilizadas para depurar las aguas”, apuntó el investigador del CIB-CSIC.

La bioestimulación es una de las técnicas de biorremediación que puede utilizarse para la contaminación por chapapote. El residuo puede trasladarse de una zona contaminada a una planta, para estimularlo con bacterias que terminan degradándolo.

De otro lado, las biorrefinerías permiten la generación de diversas formas de energía a partir de residuos orgánicos. Por ejemplo, se pueden producir bioplásticos mediante bacterias que sustituyan a los actuales. En este punto, el biotecnólogo habló sobre el proyecto europeo, Synpol, del que es coordinador, y que se basa en pirolizar las basuras para obtener bioplásticos.

Biominería

Las bacterias se utilizan en procesos de minería para obtener minerales a través de métodos biológicos y por tanto, reducir el uso de agentes químicos contaminantes.

Bioenergía

Según señaló el investigador, existen cultivos destinados a la producción de etanol, se produce biodiesel a partir de la colza, se han desarrollado biopilas a base de bacterias que funcionan como reactores de electricidad y numerosos estudios se centran en el tratamiento de micro algas para producir biocombustibles.

Química Verde

Mientras que la química clásica intenta atrapar el CO2 de la atmósfera a través de la catálisis, la biotecnología puede ofrecer otras alternativas como la que se basa en el uso de la cianobacteria espirulina, que además de sus propiedades nutritivas, puede contribuir a disminuir la contaminación. El investigador hizo referencia a algunos experimentos que han demostrado que los que peces alimentados con espirulina viven más tiempo.

 

Expuestos los problemas ambientales y muchas de las soluciones que la biotecnología puede ofrecer para la conservación del planeta, José Luis García terminó con un mensaje claro: “La biotecnología abre una puerta a un futuro asombroso”.